CUIDA LA VIDA ¡VALE LA PENA!
El Papa Francisco ha enviado a los católicos de Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda un mensaje con motivo de la Jornada anual por la vida
Autor: Vatican Information Service | Fuente: Vatican Information Service
Ciudad del Vaticano, 17 julio 2013 (VIS).-El Papa Francisco ha enviado a los católicos de Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda un mensaje con motivo de la Jornada anual por la vida que se celebra en Escocia el 28 de mayo, en Inglaterra y Gales el próximo domingo, 28 de julio, y en Irlanda el primer domingo de
octubre. El lema de la edición de 2013: «Cuida la vida; vale la pena» es una cita de la homilía pronunciada por el entonces cardenal Jorge Bergoglio durante una misa celebrada en 2005 en la conmemoración de San Raimundo Nonato, patrono de las mujeres encintas.
En aquella ocasión el Papa afirmaba: «Todos nosotros debemos cuidar la vida y protegerla, con ternura, con calor… Dar la vida es abrir nuestro corazón y cuidar la vida es entregarse con ternura y calor a los demás, preocuparse por los demás. Cuidar la vida desde el principio al final. Que sencillo y que hermoso es…Continuad y no os descorazonéis. Cuidad la vida; vale la pena».
Este año la Jornada de la vida en Inglaterra,
Escocia, Gales e Irlanda, se centra en el cuidado de los niños no nacidos y de sus madres, de los ancianos, de los suicidas y sus familias. La colecta de las parroquias en las parroquias de Inglaterra y Gales del domingo 28 se destinan al Anscombe Bioethics Center y a las actividades en favor de la vida sostenidas por la Iglesia.
El texto integral del mensaje del Papa es el siguiente:
«Recordando la enseñanza de San Ireneo de que la gloria es la persona humana viviendo en plenitud, el Santo Padre os invita a que dejéis que la luz de la gloria resplandezca tanto que todos puedan llegar a reconocer el valor inestimable de cada vida humana. Incluso los más débiles y vulnerables, los enfermos, los ancianos, los no nacidos y los pobres, son obras maestras de la creación de Dios, hechos a su imagen, destinados a vivir para siempre, y merecedores de la máxima reverencia y respeto. Su Santidad reza para que la Jornada de la vida contribuya a garantizar que la vida humana reciba siempre la protección que le corresponde, de modo que «todo lo que respira alabe al Señor» (Salmo 150:6). «