COMO SE HACE UN PLAN DE VIDA CRISTIANA
Hay cristianos que dan a Dios la cáscara de unas obras sociales o de un par de horas semanales de catequesis, y se quedan con el plátano: sus estudios y su profesión son para ganar plata, y si se enamoran, su enamoramiento no tiene nada que ver con Dios.
Hoy, Dios necesita chicas que le digan: “Toma mi vida desde este rato y haz de mí lo Tú quieras; aquello para lo cual Tú me has traído al mundo. Entra en mi vida y lléname de Ti y sé Tú, Jesús, la Vida de mi vida. Toma los dos panes y los cinco peces de mi vida y haz un Milagro”.
A Dios le interesa transformarte, hoy, en una hija ejemplar, en una estudiante modelo y, cuando llegue el día, en una enamorada virginalmente pura y casta, en una esposa y madre santa y llena de Su Espíritu; como María Virgen, la Primera Mensajera. Dios quiere que tú tengas la valentía de consagrar al servicio de la expansión de Su Reino toda tu capacidad de amar, de enamorarte y fundar un hogar en el que se respire el buen olor de Cristo (2 Co 2: 15-16).Dios te necesita enterita.
Pero el mundo (lo mundano), el demonio y la carne (nuestras malas inclinaciones) nos atacan a diario; a diario también debe ser el contraataque. Así como cuidamos a diario nuestro cuerpo – comida, descanso, higiene, sueño – así también, diariamente hemos de cuidar nuestra alma. Si preguntas a una chica: “¿Tienes enamorado?” Ella te dice: “Sí tengo”. Y le preguntas: “¿Piensas a diario en él; hablas a diario con él; le tratas a diario?” Y ella te responde: “No. Jamás” Tú dirías: “¡Qué enamorada más rara!” Rara no es la que tiene un plan diario de Amor a Jesús, sino la que no lo tiene.
El Plan de Vida te ayuda a concretar tu Amor a Dios y le das chance a que Él te diga al oído: “Te amo. Siento que me amas.” Con el Plan de Vida tú pones en manos de Jesús tus cinco panes y dos peces, y Él hará el milagro de llenarte, como a la Virgen, del Espíritu Santo.
1. Ofrecimiento de Obras:
a. Te has acostado a tu hora, habiendo hecho tus oraciones de la noche y examen de conciencia, y tu úl-timo pensamiento ha sido: “Mañana, comienzo de nuevo”.
b. Te despiertas a “tu” hora y te levantas. Si te quedas acostada por pereza… ¡qué pena comenzar el día con un “no” a Dios! Te pones de rodillas en el suelo en señal de disponibilidad y adoración. Tomas el folleto de las Preces. Besas a Jesús y a la Virgen. Abres por la página 4 y lees sin correr, pensando y con el corazón las 3 oraciones: consagras tu cuerpo a María, tu alma a Jesús y todo lo pones al cuida-do de tu Ángel.
c. Inmediatamente, comienzas haciendo lo que Jesús espera que hagas; se supone que tu arreglo personal y el de tu habitación. A la Virgen y a una Mensajera no le arregla su cuarto nadie.
2. Oración:
a. Rezar es hablar con Dios con fórmulas como padrenuestros. Orar es dialogar con tus propios pensamientos, sentimientos, deseos, anhelos. En la página 6 de las Preces tienes unos escritos que te dan una idea de qué es orar.
b. Jesús oraba a diario y buscaba un momento y un lugar adecuados para lograr el silencio exterior: “Muy de madrugada, antes del amanecer, se levantó, salió, se fue a un lugar solitario y allí se puso a orar. Simón y sus compañeros fueron y le dijeron: todo el mundo te está buscando” (Lc 4:36).
c. El silencio interior, ausencia de distracciones, se logra, olvidándote de todo lo que no sea Jesús o tu vida con Él. Para lograr el silencio interior ayuda tener preparado un párrafo de un libro o del Nuevo Testamento que te dé gusto saborearlo con Jesús.
d. Donde mejor se hace la oración es en el templo, ante el Sagrario; pero si no puedes, la haces en tu ca-sa, orientando tu corazón e imaginación hacia el Sagrario de tu templo. Cuando hay cariño, la distan-cia no cuenta. Los que se aman no siempre pueden estar juntos físicamente, pero pueden estar unidos espiritualmente.
e. Comienzas la Oración rezando en el folleto de Preces, página 8, la Invocación al Espíritu Santo y el Avemaría para que Ella te ayude a hablar y a escuchar a su Hijo.
f. Debes hacer la oración por un tiempo fijo, por reloj. Puedes comenzar por 10 minutos e ir aumentan-do, según tu Director Espiritual te lo vaya diciendo.
g. Los temas de oración podrían resumirse en: Adorar, Amar, y Alabar; Agradecer; Pedir Perdón; Pedir nuevas gracias; Ofrecer mejorar. Entre dos que se aman, hasta los silencios son amenos.
h. Terminas tu Oración con las preces para después de la Oración, de la página 9
3 Santa Misa:
a. Comienzas con la Misa dominical y puedes ir aumentando las Misas, hasta que llegue el feliz mo-mento de oír Misa a diario.
b. La Misa supone una preparación:
i. Remota: a lo largo del día pensar en tu cita de amor con el Crucificado.
ii. Próxima: cuando vas a Misa, cuidando mucho tu vestimenta, adecuada para el templo, debes ser puntual. Apaga tu celular.
iii. Inmediata: cuando ya estás en el templo, debes concentrarte en lo que vas a hacer: vas a participar del mismo Sacrificio de Cristo en la Cruz. Rompiendo las barreras del tiempo y del espacio, te trasladas al Gólgota y unida a Jesús te ofreces al Padre como una ofrenda de amor. Tu existencia cristiana es el ofrecimiento de ti misma en el altar de tu vida.
iv. Sigues la Misa, quizá poniéndote en los primeros sitios para evitar distracciones.
v. En la Comunión recibes a Jesús; Él se entrega a ti y tú a Él. No lo trasformas a Él en ti, como cuando comes el pan natural, sino te transformas tú en Él: Ya no soy yo quien vive sino Cristo quien vive en mí, decía S. Pablo.
4. Lectura Espiritual:
a. El libro de lectura espiritual de lo tiene que dar tu Director.
b. Buscas un lugar y un momento adecuados, donde se garantice que no vas a tener interrupciones.
c. Rezas un Avemaría. Lees sin correr y abierta a lo que el Señor quiera decirte al corazón.
d. Terminas con una Avemaría.
e. Si comienzas un libro, lo terminas; y al terminarlo, pides otro a tu Director.
f. Si la oración es encender una fogata; la lectura espiritual es como ir al bosque a recoger leña para la fogata: tu alma se llena de ideas, sentimientos, deseos, anhelos para orar.
g. Debes tener un libro de lectura espiritual y otro de lectura formativa.
5. Visita al Santísimo:
a. El Santísimo está siempre en el Sagrario; los jueves suele exponerse el Santísimo para fomentar el amor a la Presencia Real de Jesús en la Eucaristía. Pero Jesús está siempre en el Sagrario.
b. Hazla a diario, en el templo, ante el Santísimo, que siempre está tan solo.
c. Si no puedes en el templo, la haces desde donde estés.
d. Abres las Preces en la página 14: haces en silencio las preguntas, rezas la oración de la Visita y ter-minas con un ratito de diálogo con Jesús. En total puede durar 2 minutos.
6. Rosario:
a. Puedes comenzar rezando una decena al día, para lograr rezar todos los días los 5 Misterios.
b. Reza cada Avemaría con devoción, con amor, con el corazón.
c. Puedes ir derramando Avemarías mientras caminas o vas en un carro.
d. Una persona católica debe saber los misterios y las letanías de memoria.
e. No alteres las oraciones, sobre todo el Avemaría. El Rosario está en la página 16 de las Preces.
7. Ángelus o Regina Coeli:
a. Se reza a las 12 del día o en torno a esa hora
b. El Ángelus durante todo el año, excepto en Pascua, que se reza el Regina Coeli
8. Oraciones al acostarse:
a. Las haces al final del día, no metido en la cama, sino antes de acostarte.
b. Están en la página 26 de la Preces.
c. Haces también tu examen de conciencia.
d. Recuerdas que mañana temprano tienes tu cita de amor con el Señor.
Las Actitudes de Fe o Virtudes
9. El alma es la vida del cuerpo. El Espíritu Santo es la Vida del alma. El Espíritu vivifica nuestra alma por la Eucaristía, la Oración y demás Actos de Fe. Pero, así como los árboles frutales, a diferencia de los ornamentales, se justifican por los frutos, el Espíritu nos da su gracia para que demos frutos. Los frutos de nuestra vida cristiana son, internos (las virtudes) y externos (atraer a otras personas al Señor a través de tu apostolado e intentar que tu vida no aleje, sino que acerque a los demás al Señor: tu testimonio).
10. No bastan las hojas: el Señor busca frutos, como en la escena de la higuera estéril. Lee lo dicho al respecto en la hoja explicativa del Plan de vida.
11. En tu hojita del Plan de Vida selecciona las virtudes que más necesitas vivir; quizá aquello en lo que más fallas y, con la Fuerza del Señor, te propones mejorar.