CARTA A UNA CHICA ENAMORADA
Dios y Su Sistema Audiovisual 3D HD
Querida chica enamorada:
Voy a intentar decirte verdades. Lejos de mí juzgar o condenar a ninguna divorciada o madre solte-ra. Vaya para ellas ante todo, mi sacerdotal cariño, mi respeto y mi oración. Pero en mi intento de escribirte claro, no tengo más remedio que referirme a ellas; así tú podrás aprender a través del su-frimiento de otros seres humanos, de modo que, si obras correctamente, habrás logrado que las lá-grimas que brotaron de otros ojos sirvan de colirio para los tuyos…
Hace algún tiempo dije estas mismas cosas en una reunión de las madres de las Mensajeras de la Vida, con las cuales hago apostolado. Cuando abrimos un diálogo, la madre de una de mis chicas dijo que ella estaba divorciada y vuelta a casar y que no consideraba que en su vida había habido fallo alguno. Educadamente le pregunté: «Señora, a usted le gustaría que su hija repitiera su histo-ria». Me dijo rotundamente: – «¡De ningún modo, Padre!»…
El Dios tecnológico
¿Tú sabes, mi querida chica, que Dios se ha puesto al día y está usando tecnología de punta para comunicarse contigo? ¿No? ¡Tiene un excelente sistema audio-visual de última generación, 3D HD! ¡Si Él mismo, además, es el inventor del GPS más antiguo del mundo! ¡Qué bárbaro! ¡Siendo tú tan de hoy no lo sabías! ¿Te vas a dejar ganar por un cura sesentón? ¡De verdad! Audio-Video ante el cual los japoneses se quedan chiquitos…
El “Audio”: Esa Voz Interior clara e inconfundible del Espíritu Santo – el mismo que condujo a Jesús por los caminos de esta vida (Jesús también tuvo su GPS) y que te habla constantemente a través de tu conciencia. La conciencia es como un GPS de Dios. Como sabes, los coches de hoy tienen un aparato en el que escribes la dirección a la que quieres llegar, y el vehículo te va diciendo por dónde debes ir. Tu GPS, lo instala Dios desde el instante de tu concepción, cuando tu padre pone una célula; tu madre, otra; y Dios, justo ese instante, crea tu alma. Tu GPS se te activa auto-máticamente cuando llegas al uso de razón (7 años). Viene ya programado con un mensaje que dice “al Cielo”, para que pueda orientarte, atravesando los enmarañados caminos de esta vida, hasta llegar al fin de tus días a los Brazos de Dios.
Tu GPS interior te dice constantemente: “Por aquí, sí; por aquí, no”. Si sigues las instrucciones al milímetro, no solamente que serás al feliz, después, en la otra vida, sino, antes, incluso en ésta. Hay gente que cree que yendo contra su conciencia logra la felicidad. Pues no; todo lo contrario: Te ahorrarás toneladas de sufrimientos y ríos de lágrimas si haces caso a tu voz interior… Porque si alguien quiere que seas realmente feliz en este mundo es tu Padre Dios.
El “Video”: 3D HD. Es el círculo íntimo que miras con tus propios ojos, el sufrimiento que te rodea y en el que, con demasiada frecuencia te sientes inmersa tú misma (igual que en las películas 3D): Tu hermana mayor, madre soltera; tu tía divorciada, o tu prima sola ante la vida con un niño en bra-zos. O, quizá, tu bendita madre, que por no haber sabido escuchar el Audio interior de sus concien-cia, o no haber sabido aprender del Video que Dios le mostró cuando era joven como tú, hoy sufre, porque tu papi… En fin. Mejor lo dejamos. Las pobrecitas no se tomaron en serio, ni lo que Dios les decía por dentro, ni lo que les mostraba por fuera… Y por eso hoy lloran, sufren y penan .
Cuando yo hablo con las señoras mayores que lloran la presencia del hombre que ellas eligieron como padre de sus hijos y compañero de toda la vida, les pregunto, si, antes del matrimonio no se dieron cuenta de quién era el caballero. Me suelen decir: – “Sí, Padre; pero cuando una es joven, no da importancia a ciertas cosas… O una piensa que van a cambiar después del matrimonio”. Yo, con penoso realismo, fruto de tantos años de compartir lágrimas, digo: – “Ahora usted captará que cierto tipo de varones, ¡claro que cambian!, pero es para peor”.
Un día me dijo una madre: -“Padre, yo le dije a mi hija que su chico era mujeriego, bebedor, desor-denado, mal hijo y, por tanto, mal novio. Pero mi hija dijo: – Sí, mami; pero yo sé que es un diaman-te en bruto y yo lo cambiaré. Pero, Padre – me dijo la madre – con el tiempo ella captó que el chico realmente era poco diamante y bastante bruto. Y ahora está sola ante la vida”.
Y es que cada mujer se casa con el hombre que elige; porque sigue siendo verdad que “el hombre propone y la mujer dispone”. Y en la vida matrimonial aflora, quieras o no, todo lo que está detrás de la fachada de los seres humanos. Para tomarse una foto, basta que el edificio tenga una bonita fachada; pero para vivir en esa casa, debes siempre ir adentro, analizar lo interior, la estructura, el fondo; sondear lo profundo del que será tu compañero de por vida y padre de tus hijos: su actitud ante Dios, sus padres, sus hermanos, el alcohol, ante ti como mujer ante las demás chicas; su reac-ción ante el mal y ante el bien; su actitud antes los poderosos y los humildes…
Pero no te amargues imaginándote que tú estás condenada a escribir la misma historia de otras su-frientes vidas. ¡Todo lo contrario! Si alguna chica puede ser feliz de verdad en su enamoramiento y en su matrimonio es la chica de hoy, tú. Precisamente, porque ves tanto sufrimiento en tu entorno (3D HD), estás capacitada para tomar las medidas para que no se repita en ti la tragedia que ves en tu entorno.
De los padres uno siempre puede aprender: lo bueno para imitarlo, y lo malo para no imitarlo. Tu misma madre te podrá decir: “Hijita: Dios, no quiso, pero permitió, que yo cometiera errores para que tú no los cometieras. Estoy pagando un alto precio en la Universidad del Sufrimiento – la vida – para que tú no sufras como yo.
La culpa ¿de quién es?
Llegado este momento, preguntémonos sobre las últimas causas de los ríos de lágrimas rodando silenciosamente sobre las mejillas de tantas hijas de Eva; sobre todo al venir la noche.
Frente tanta esposa abandonada o soltera embarazada, se ha hablado y escrito mucho sobre el ma-chismo y el egoísmo del varón como su causa y explicación. Sin que yo pretenda negar lo más mí-nimo la parte que le corresponde al varón, ha llegado el momento de afirmar que la mujer también es culpable, y no sólo víctima del varón; ya que ella, sin duda alguna, es dueña de sí misma y de su propio destino: cada mujer escribe su propia historia. Y detrás de ciertas historias matrimoniales hay prehistorias juveniles, que da pena, y que tú, si eres sensata, podrás evitar vivir esas historias y esas prehistorias…
No es digno para la mujer, ni verdadero seguir afirmando que ella es un ser naturalmente inmaduro, incapaz de escribir por sí misma otra historia. Mientras la mujer siga sintiendo que ella es sólo víc-tima del varón, se condena a vivir degradada y desgraciada. Porque, lógico, mientras el varón no decida adoptar otra actitud, a ésta no le queda sino seguir siendo un juguete del varón.
Pero, definitivamente, ya que la mujer es dueña de sí misma y quien pone su firma y sello en sus decisiones, ella puede y debe escribir otra historia. ¡Esto es bello, hermoso, maravilloso!
La pregunta es si ella realmente quiere… San Agustín nos dejó esta sentencia de oro: «Dios que te creó sin ti, no te salvará sin ti». Si ella no quiere, ni el mismo Dios puede… Si ella no coopera, ha-ciendo caso al fabuloso. Audio-Video de Dios, permanecerá indefinidamente degradada y humilla-da. Y para que sepas de qué hablo, entro en el tema doloroso de la mención de sus destinos…
Pongamos algunos ejemplos
Uno. La que no da ninguna importancia a la falta de práctica religiosa del varón. O si ella, después de haberle insinuado, pedido y exigido varias veces, al chico, con claridad, prudencia y cariño, no logra nada….y a pesar de todo, sigue enamorada… Soportará las dolorosas consecuencias que el Padre del Cielo siempre quiso evitarle.
Dos. La católica – soy un cura católico y escribo para católicas, sin entrar en otras religiones – que no le importa que el varón practique otra religión, a fin de poder vivir un matrimonio en el mismo patín espiritual y religioso, católicamente en Cristo, con Sacramentos… Soportará las dolorosas consecuencias que el Padre del Cielo siempre quiso evitarle.
Tres. La ingenua y superficial que se relaciona con el enamorado sólo por internet, sin llegar a tra-tarlo personalmente por tiempo adecuado : sin “verlo” vivir y actuar y reaccionar en las fiestas, el trabajo, las otras mujeres, el uso del tiempo y del dinero, las relaciones familiares…, y termina ca-sándose con un desconocido… Soportará las dolorosas consecuencias que el Padre del Cielo siem-pre quiso evitarle.
Cuatro. La que, por no perderse un hombre, da poca importancia a las aventuras de su mujeriego novio, pensando que ella lo va a cambiar; o que las malas son, en todo caso, las otras mujeres, que no dejan tranquilo a su maravilloso chico… Soportará las dolorosas consecuencias que el Padre del Cielo siempre quiso evitarle.
Cinco. La que no da importancia a las costumbres desordenadas y disolutas de su futuro esposo: alcohol, droga, juego, problemas de carácter; desorden económico, tensiones con sus propios pa-dres, constantes mentiras… Soportará las dolorosas consecuencias que el Padre del Cielo siempre quiso evitarle.
Seis. La que es estudiosa, trabajadora y ahorradora, mientras el enamorado es un vago y un derro-chador; la que es hogareña, mientras su enamorado no para de ir a fiestas; la que aguanta todo, pen-sando que “eso” es virtud, y jamás pone los puntos en las íes a su chico, por miedo a quedarse sola; la que no comprende que el enamoramiento es el tiempo del conocimiento, del sondeo y de la selec-ción, y no exige nada por miedo a la soltería, sin entender que es mejor vivir sola que mal acompa-ñada… Soportará las dolorosas consecuencias que el Padre del Cielo siempre quiso evitarle.
Siete. La chica que tiene intimidades en lo sexual con su novio antes del matrimonio, sin compren-der que precisamente la que entrega su cuerpo a su pareja, siempre puede dudar sobre las verdade-ras intenciones de su chico: “Si esto hace con mi cuerpo, ¿qué garantía tengo yo de que no “ande” también en otros cuerpos femeninos, o con el suyo propio… y la red?”
Cuando los chicos me cuentan lo que hacen con sus chicas, yo suelo preguntarles: “¿Te gustaría que el enamorado de tu hija – cuando seas mayor – hiciera con tu hija lo que tú estás haciendo con tu enamorada?” Todos, sin excepción, siempre, me han dicho un “No, Padre”, rotundo, categórico, terminante.
En cambio, si la chica no pone su cuerpo a disposición del enamorado, y él permanece a su lado castamente, la chica puede tener seguridad de que la ama; si además de ello, ella ve otras cosas en él; por ejemplo, ve unos ojos…
Los ojos del varón son la bola de cristal de la mujer
Porque, has de saber, mi querida chica, que los varones tienen dos ventanas en el cuerpo, por las cuales tú puedes asomarte a lo más profundo de su alma: Sus ojos. Mira como mira el chico con el que andas a las otras chicas, y sabrás lo que hay dentro de él, para ti y para tus hijos: lujuria o pure-za; limpieza de alma o inmundicia…
Como el ser humano tiene dos ojos y con los dos mira, cuando él mira, no mira si tú lo miras, y, en ese instante (claro, si tú no andas bobaliconamente mirando cómo te miran…; porque hay chicas tan desarropadas que dan la impresión de que lo único que les interesa es ver cómo se ven… y có-mo las ven… y ojos que no ven, corazón que no siente) podrás descubrir si tu chico es o no casto: “Habéis oído que fue dicho: No adulterarás. Pero yo os digo que todo el que mira a una mujer deseándola, ya adulteró con ella en su corazón” (Mt 5, 27-28). Y hay adulterios visuales, que los chicos se siembran en el enamoramiento, y las esposas cosechan en el matrimonio…
Lo dijo aquel Varón, modelo de todo varón: “La lámpara de tu cuerpo es tu ojo. Cuando tu ojo está sano, también todo tu cuerpo está luminoso; pero cuando está malo, también tu cuerpo está a oscu-ras” (Lc 1,34). Los ojos de todo enamorado son la “bola de cristal” de la enamorada que no tiene un solo pelo de alelada: Mira los ojos de tu chico y, a través de ellos adivinarás su presente, su futu-ro y su pasado… No falla nunca. En cuatro fiestas puedes sondear y captar quien fue, quién es y quién será tu enamorado… Porque nunca olvides que cuando te lleves un hombre a tu casa, te llevas con él, su pasado, su presente y su futuro; su cuerpo y su alma. Tú lo eliges.
La castidad es el silencio del cuerpo donde mejor se escucha el latir de los corazones
Sólo la mujer que sabe guardar su cuerpo para el que será algún día su esposo, puede captar las verdaderas intenciones de su enamorado. Si ella se guarda castamente, y él, a pesar de no vivir los momentos agradables de las intimidades varón-mujer, es cariñoso, delicado, atento, amable, fiel…, es que él la ama de verdad, y no simplemente la desea…
Así como para escuchar, hay que callar y hacer silencio; sólo en el «elocuente silencio» de una rela-ción amorosa casta y pura, los dos pueden escuchar los latidos del corazón: del corazón del otro, y del propio corazón…
Para explicarme te pongo un ejemplo: Si algunos Ministros, entre ellos el Ministro Pepito, de un país se unen para emprender una campaña para cambiar radicalmente los conceptos en torno a la vida, el amor, el sexo, el matrimonio y la familia, despreciando la castidad e infiltrando en las es-cuelas y colegios la ideología de género, y deciden repartir anticonceptivos y preservativos desde la adolescencia, cubriendo al lobo de la corrupción con la piel de oveja del slogan prevenir no es promover (porque, realmente, están promoviendo la vida sexual de los adolescentes, porque su “prevenir” es “mentir”, aunque su mentir esté apoyado en una Constitución en la que se infiltró la ideología de género). Supón que la hija del Ministro Pepito tiene un novio, y el novio le dice: “Se-ñor Pepito, esta noche me llevo a su hija Pepita a una discoteca. Ella y yo vamos a tener sexo sin misterios: ella usará la PDD y yo el preservativo. Tú, te imaginas al Ministro Pepito diciéndole al chico: “Ok, pero me la traes pronto, apenas la haya usado. Te pido, además, me te ponga en contac-to con los publicistas de la Campaña para que hagan unas tomas y podamos colaborar con la Cam-paña de sexualidad sin misterios”
El recto orden ante el propio sexo y el sexo del otro se llama castidad. La sexualidad humana es un misterio, porque se encuadra dentro de un Misterio más misterioso: un Creador, que no quiso crear a todos los seres humanos de una sola; sino que entregó al ser humano la capacidad divina de pro-crear, por y con amor. Quien te habla de una sexualidad sin misterios, primero ha degradado al ser humano a la categoría de los monos, los perros, las vacas y los insectos…
El refrán «el Amor es ciego» es una solemne tontería y una insensatez mayúscula. Si alguien debe tener bien abiertos los ojos es el Amor… O sea, la mujer a la hora de enamorarse; porque está obli-gada a elegir – diríamos – al mejor hombre del mundo como compañero de vida y padre de sus hijos. Según Dios, el conocimiento mutuo de los novios es imprescindible para el matrimonio, porque este vínculo es para siempre, tanto por la misma pareja, como por los hijos.
Ocho. La que no comprende antes del matrimonio, que no sólo a la mujer le toca ser casta, religiosa, recatada, virtuosa, transparente, y que en estos temas ha de darse una total simetría, semejanza y correspondencia en la pareja; y la que no se preocupa de exigir al varón una conducta paralela, recí-proca y correspondiente… Soportará las dolorosas consecuencias que el Padre del Cielo siempre quiso evitarle.
La fe no elimina, pero sí ilumina todo sufrimientoCabe que habiendo puesto todos los medios, te equivoques y tu elegido te salga por donde jamás lo suponías… Así pasa a veces. Le pasó el mismo Jesús. Jesús eligió a Judas y lo hizo tras una larga noche de oración. Judas actuó como actuó, no “por” Jesús, sin “a pesar” de Jesús. El que falló no fue Jesús, sino Judas.
Lo tuyo es poner todo de tu parte para no fallar, como te lo he dicho en esta larga carta. Lo hizo Jesús: “Yo nunca me siento solo, porque siempre hago lo que le agrada a mi Padre”.
Pero, si viene la noche oscura, como le vino a Jesús, en el fondo de tu alma, como en el alma de Jesús, brillará la seguridad de que hiciste todo lo que estaba a tu alcance, y tu sufrimiento tendrá un sentido; el que brota del Amor redentor de Aquel que siempre hizo lo que le agradaba a su Padre… La fe en Dios no elimina, pero sí ilumina todo sufrimiento.
Necesitamos mujeres que rescaten a la mujer de manos de la mujer
El mundo necesita mujeres que rescaten a la mujer de manos de la mujer: la que hunde a la mujer, no es el varón, sino la misma mujer…y es la mujer la que tiene, hoy, que salir en defensa y rescate de la mujer. No el varón. La dignificación de la mujer está en manos de la mujer; no del hombre. La clave de tu vida está en ti; no en el hombre que eliges. Te repito: tu dispones; el hombre sólo propo-ne.
La mujer es la clave de la historia. La mano que mece el cuna es la mano que mueve la Historia. La primera persona humana, no es un varón, sino una mujer; porque Jesús, el Redentor, es hombre y Dios verdadero; pero Él es una Persona Divina: la Segunda de la Trinidad…
Algo tiene la mujer sobre el hombre, que Satán comenzó por la mujer (Eva), cuando quiso dañar el Plan de Dios. En el AT, Dios habló con varones (Abraham, Isaac, Jacob, Moisés, los Profetas); pero cuando decidió poner en práctica su Plan redentor, entró en conversaciones con una chica joven, María, y con ella redimió al hombre.
Hoy también, para restaurar el mundo, Dios necesita restaurar la familia; pero para restaurar la fa-milia, Él necesita de la mujer; de las chicas jóvenes: de ti. Hoy, como siempre, la clave de la huma-nidad está en la mujer…
Quien forma una mujer, forma un pueblo… La mano que mece la cuna es la mano que mueve la historia… En el triunfo de un hombre, dime de la mujer el nombre… Qué importancia tendrá la mu-jer, que cuando Dios se refirió a su Madre, no encontró otro modo de tratarla, enaltecerla y de res-petarla, que llamándola “¡Mujer!”
Jesucristo es la segunda “persona” divina; María, una mujer, es la primera “persona” humana… La primera persona humana no es un varón, sino una mujer, la Madre de Dios. Ella engendró al Primer Sacerdote de la Historia, a Jesús. Justo lo que hoy necesita el mundo: madres santas y curas san-tos…. ¿Te animas?
Padre Paulino Toral